Música vs. Oído
Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 1770 — Viena, 26 de marzo de 1827) fue un compositor, director de orquesta y pianista alemán. Su legado musical se extendió, cronológicamente, desde el período clásico hasta inicios del romanticismo musical.
Considerado el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender a la música del romanticismo, motivando a la influencia de la misma en una diversidad de obras musicales a lo largo del siglo XIX. Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser mayormente significativo en sus obras para piano y música de cámara.
A Beethoven le correspondió vivir, en su breve paso sobre la tierra de sus 56 años y tres meses, uno de los períodos más densos y conflictivos de la historia de la humanidad, como lo fue «la era de las revoluciones y de las luchas nacionales»; fase donde la Francmasonería jugó un papel importante en materia de libertad, igualdad y fraternidad, o sea que las condiciones estaban dadas para que Ludwig se hubiese iniciado en esta Institución. Igualmente se debe destacar que fue uno de los tiempos más cruciales de la historia de la música: el comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y la época de Beethoven. Pues, la música deja poco a poco de ser propiedad exclusiva de la Iglesia y de los Mecenas, es decir, va perdiendo su orientación sagrada o religiosa, y va disminuyendo paulatinamente la protección de los príncipes sobre los compositores. Descuellan, única y exclusivamente, en este lapso –conocido como El clasicismo vienés– tres compositores: Los austriacos y y finaliza el alemán , alumno del primero, que a su vez inicia el ciclo del romanticismo y, donde además sobresalen Franz Schubert, de Austria (1797-1828); Héctor Louis Berlioz, de Francia (1803-1869); Frédéric Chopin, de Polonia (1810-1849); los alemanes Felix Mendelssohn Bartholdy (1809-1847), Robert Schumann (1810-1856), Richard Wagner (1810-1856) y Johannes Brahms (1833-1897), y también se distingue en este cambio el húgaro Franz Liszt (1811-1886) entre otros. Sin embargo, nos corresponde de igual modo señalar que la música de Beethoven abarca tres etapas: la primera, la influencia del modelo recibido por Haydn y Mozart. La segunda, entre 1801 y 1815, momento de madure z artística, modifica la sonata e impone el lenguaje expresivo, y la tercera vendrá definida por el romanticismo, mostrando su genialidad que rompe con las viejas fórmulas, siendo la "Misa Solemne" y la "Novena Sinfonía" sus obras más destacadas.
El año en que nace Beethoven, 1770, está marcado con las sublevaciones en las colonias inglesas en América del Norte; las matanzas de Boston indican los primeros forcejeos independentistas del continente americano. Dos años más tarde Polonia sufre el primer fraccionamiento nacional cuyas expropiaciones se las repartirán Prusia, Rusia y Austria. Como símbolo de nuevos tiempos, Johann Wolfgang von Goethe publica en 1774 la narrativa romántica “Werther”; la publicación de la obra supuso un auténtico “boom”, y el libro se convirtió en poco tiempo en un fenómeno de masas, generando situaciones a las que hoy estamos muy acostumbrados. Incluso muchos jóvenes europeos de ese entonces que leyeron la novela, optaron por el suicidio como el protagonista “Werther”.
Al otro lado del Océano Atlántico encontramos en 1776 al al fr ente de la i nsurrección, al que se le une también el y se proclama la independencia de los Estados Unidos de América. Coincidiendo con los nuevos paradigmas sociales de independencia y libertad, el economista publica Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, y en Inglaterra se forma el primer sindicato obrero.
Por su parte Francia declara la guerra a Gran Bretaña y muy pronto cuenta con el apoyo de España. En 1780 la ofensiva contra Inglaterra se generaliza en Europa: Catalina II de Rusia forma la Liga de la Neutralidad Armada para contrarrestar el dominio británico en el mar. El conflicto bélico concluye en 1783 con la firma del tratado de paz en Versalles entre Gran Bretaña, Francia y España, en la cual se establece el reconocimiento definitivo de la independencia de los Estados Unidos de América. La precaria paz de Europa se quebranta en 1785 al estallar la Guerra del Norte entre Rusia, Suecia y Dinamarca. En la Universidad de Lovaina los estudiantes protagonizan el primer conato de movimiento revolucionario. Los vientos de la revolución alcanzan igualmente a las posesiones austriacas en los Países Bajos, y en Inglaterra se crea la primera asociación antiesclavista.
1789 es una fecha clave en la historia, se da la Revolución Francesa que ter mina con la toma de la Bastilla. Se vota la Decl aración de los Derechos del Hombra y del Ciudadano. Más tarde, en 1793 la guillotina cae sobre Luís XVI, lo que trajo consigo la formación de una coalición europea contra Francia. España e Inglaterra se unen a Austria y Prusia para enfrentar la joven república revolucionaria. Al tiempo la crisis interna de Francia se agudiza; se presenta la ejecución de María Antonieta, el asesinato de Marat a manos de Charlotte Corday. Se suspende la Constitución y se inicia el terror con la creación de un Tribunal Revolucionario. Danton es ajusticiado por instigación de Robespierre, luego este último es acusado en julio de 1794 ante la Convención Termidoriana y guillotinado sin juicio alguno. Entre tanto, un joven músico de poco más de veinte años, Ludwig Van Beethoven, se traslada desde su ciudad natal de Bonn a la capital del imperio, Viena.
Con relación a lo que podríamos llamar «educación general» del pequeño Ludwig fue algo precaria; pues, cuando niño actuó como mal alumno, con lamentable ortografía y con deficiencias matemáticas. Sin embargo, con grandes capacidades en el campo musical, por lo que su padre, tenor de la corte y muy dado a la bebida, por su situación económica, lo obliga a estudiar desconsideradamente. Su relativa libertad se vio frustrada a los cinco años, el día en que su padre le advirtió que podía explorar las cualidades musicales del pequeño Ludwig. Exigió a su hijo una completa dedicación al aprendizaje musical, pero, faltó de sensibilidad, se valió de métodos drásticos y despreciables. Él quería mostrarle a la sociedad que su hijo era un «fenómeno de la música» como lo fue Wolfgang Amadeus Mozart.
En Viena, la capital imperial, la influencia de la Masonería fue en aumento, no sólo entre los intelectuales sino en todos los círculos de moda. Los mandiles masónicos y otros emblemas se incorporaron a las ropas de mujer. De hecho la Francmasonería fue particularmente fuerte entre los músicos, compositores como Mozart, Haydn, Lizt y tiempo después Sibelius fueron iniciados en la Masonería; existen libros, enciclopedias, ensayos y documentos en general que lo prueban, incluso en la Web se encuentra cualquier cantidad de pági nas que lo confirman, no sucede lo mismo con Beethoven, la gran mayoría de autores dicen que fue Masón, sin embargo no hemos conseguido la prueba documental que lo certifique.
En epocas del emperador José II, éste revirtió la política católica reaccionaria de su madre María Teresa e introdujo numerosas reformas liberales y progresistas, que favorecieron el auge de la Masonería.
En Viena, la capital imperial, la influencia de la Masonería fue en aumento, no sólo entre los intelectuales sino en todos los círculos de moda. Los mandiles masónicos y otros emblemas se incorporaron a las ropas de mujer. De hecho la Francmasonería fue particularmente fuerte entre los músicos, compositores como Mozart, Haydn, Lizt y tiempo después Sibelius fueron iniciados en la Masonería; existen libros, enciclopedias, ensayos y documentos en general que lo prueban, incluso en la Web se encuentra cualquier cantidad de páginas que lo confirman, no sucede lo mismo con Beethoven, la gran mayoría de autores dicen que fue Masón, sin emba rgo no hemos conseguido la prueba documental que lo certifique.
Ya es conocido que Mozart fue iniciado el 14 de diciembre de 1784 en la Logia “Zur Wohltantigherit”; el 7 de enero de 1785 recibió el segundo grado en la Logia “Zur wahren Einstracht” de Viena. Ambas Logias fueron unificadas en una sola por Decreto del Emperador José II –que algunos autores dicen que también fue Masón, otros señalan que su relación con la Francmasonería sólo fue amistosa– junto con las Logias “Zu den drei Feurn” y “Zum heiligen Joseph”; la nueva Logia adoptó el nombre de “Zur neugekroentin Hoffnung” (La nueva esperanza coronada). Con motivo de esta unificación compuso Mozart dos cantatas Masónicas: «Zerfliesset heut, geliebte Brüder» («Para la apertura de la Logia», K.V. 483) y «Ihr unsre neuen Leiter» («Para la clausura de la Logia», K.V. 484).
Mozart asistió –el 11 de febrero de 1785, a la Logia vienesa «La Verdadera Concordia»– a la iniciación de Franz Joseph Haydn, con quien le unía una gran amistad. Por ello le dedicó «Los Seis Cuartetos de Cuerda» del Nº 14 al 19: K.V. 387, K.V. 421, K.V.428, K.V. 458, K.V. 464 y K.V. 465.
Franz Von Lizt fue otro músico romántico que llevó su romanticismo no sólo a su música sino también a su vida. Iniciado en la Logia “Zur Einigkeit” en Francfurt el 18 de Septiembre de 1841, recibió el segundo grado de compañero y el tercero de maestro en Berlin al año siguiente.
Johan Julius Christian Sibelius de Finlandia, es considerado el mayor compositor Masónico después de Mozart, no sólo por su importancia dentro del mundo de la creación musical sino también por la atención que como compositor ha dedicado a la música Masónica utilizada específicamente en el Ritual Masónico.
Jan Sybelius fue uno de los 27 Masones fundadores de la Gran Logia de Finlandia que reanudaron la tradición Masónica en ese país después del período de prohibición vivido bajo la dominación rusa de Finlandia. Sibelius fue Maestro Masón de la Logia Suomi Nº 1 de Helsinki y además organista de la Gran Logia de Finlandia. En 1927 preparó una serie de nueve piezas titulada «Masonic Ritual Music» compuesta de un breve adagio para piano. Su música y su espíritu jugaron un rol importante en la formación de la identidad nacional de Finlandia.
Con relación a Beethoven es común que algunos autores lo incluyan en sus listas como Masón, puede ser porque asocian su “Novena Sinfonía” con una supuesta faceta Masónica, pero lo que para nosotros tiene de Masónico esa obra es la letra que Johann Christoph Friedrich Schiller, poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán (que sí pertenecía a nuestra hermandad) adaptó (Oda a la alegría) a la música de Beethoven. ¿Será acaso por eso que estos escritores buscan alguna vinculación con la Masonería? Dentro de esos ensayistas se destacan: Jorge Blaschke y Santiago Río en la obra «La Verdadera Historia de los Masones», impreso por Editorial Planeta en el 2006, en España, ISBN84-08-06527-0, página 248; Jaime Montoya Candamil, en su obra «Masonería Íntima», publicada por la Universidad INCCA de Bogotá, Colombia en 1988, página 240, ISBN 958-95198-0-6; Óscar Aguirre Gómez, «Entre Compás y Escuadra», publicada en Pereira, Colombia en el 2001, página 80; Dino Manco Bermudez, «Manual Lexicográfico Simbólico General», publicado por Editorial Mejoras en Barranquilla, Colombia en 1980, página 17. Además, cualquier cantidad de páginas Web lo expresan, como lo dijimos arriba.
En multiples investigaciones, no se han encontrado referencias de que Beethoven fuera mason, sin embargo hay un hecho importante, para el período que vivió Beethoven es que todas las condiciones políticas, sociales y culturales estaban dadas para haberse iniciado en nuestra Institución; asimismo estuvo rodeado de muchos Masones a partir de su segunda estadía en Viena para nunca más regresar a su tierra natal Bonn. Precisamente en noviembre de 1792 cuando viaja de nuevo a la capital austriaca lo primero que hace apenas llega es trabajar con dos Masones: Franz Joseph Haydn y Antonio Salieri, y se dio a conocer como compositor y pianista en un concierto que tuvo lugar en 1795 con gran éxito. Su padre falleció un mes después.
Es de gran valía señalar que Beethoven ingresa en la aristocracia de Viena (controlada por “la Gran Logia de Los Tres Globos de Berlin”) a principios de 1800. La Masonería estaba compuesta –en su mayoría– por miembros de la aristocracia, aunque es cierto que también en ella había burgueses y artistas. Pero si fuese por eso, deberían encontrarse documentos que demuestren que Ludwig fue Masón, y eso es lo que no hay.
Su carrera como intérprete quedó bruscamente interrumpida a consecuencia de la sordera que comenzó a afectarle a partir de 1796, o sea cuando tenía 26 años de edad. Para 1801 ya se debía pegar al escenario para lograr escuchar las obras de teatro y sus oídos zumbaban todo el tiempo durante la noche, pero su padecimiento no podía ser un limitante. El deterioro de sus relaciones debido a su sordera, lo sume en repentinos períodos depresivos que lo obsesionan con el suicidio. y que desde 1815 le privó por completo de la facultad auditiva. No nos imaginamos a un hombre sordo dentro de una Logia en ese tiempo cuando todavía la ciencia y la tecnología no habían desarrollado los audífonos de hoy. En la era de Beethoven los primeros audífonos eran costosos y las personas sólo podían adquirir uno. Además eran grandes y constaban de pesadas cajas, poco adecuadas para ser llevadas encima.
En su prolífica trayectoria musical, Beethoven dejó para la posteridad un importante legado: nueve sinfonías, una ópera, dos misas, tres cantatas, treinta y dos sonatas para piano, cinco conciertos para piano, un concierto para violín, un triple concierto (para violín, violonchelo, piano y orquesta), dieciséis cuartetos de cuerda, una gran fuga para cuarteto de cuerdas, diez sonatas para violín y piano, cinco sonatas para violonchelo y piano e innumerables oberturas, obras de cámara, series de variaciones, arreglos de canciones populares y bagatelas para piano.
Por último, en 1824, Beethoven se consagra con su Novena Sinfonía “Coral”, la cual ha sido declarada recientemente Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. El último movimiento de esta sinfonía fue adoptado además, en 1972 por el Consejo de Europa como su himno y en 1985 fue acogido por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE como himno oficial de la Unión Europea. Luego de la muerte de Beethoven, otros compositores renombrados como: Mahler, Dvorak, Bruckner y Sibelius, renunciaron a escribir más de nueve sinfonías como una deferencia hacia Beethoven.
A finales de 1826, la salud del maestro decae considerablemente y el 20 de diciembre se le extrajeron fluidos abdominales que llegaron hasta los doce litros y en otras operaciones sucesivas casi el doble de esa cantidad. El 26 de marzo cerca de las seis de la tarde de 1827 no hubo más suspiros ni latidos de su corazón. El Beethoven mortal había muerto, ahora la leyenda y el tiempo se encargarían de renacer al Beethoven inmortal, al genio cuya música sería escuchada en miles de auditorios durante muchos períodos para recordarnos que en realidad nunca murió, que siempre estuvo vivo en sus notas, compases, movimientos o sinfonías. La causa de su muerte, según la autopsia, fue cirrosis. Los funerales se realizaron el 29 de marzo. Asistieron al entierro más de 20.000 personas, entre las que se encontraba Franz Schubert, gran admirador suyo. En 1888 los restos fueron trasladados al Cementerio Central de Viena, donde reposan actualmente, al lado de la tumba de Schubert.
Recientemente se ha producido cierta controversia sobre las causas de la muerte de Beethoven. El análisis de un mechón de su cabello dio como resultado la existencia de altas concentraciones de plomo. Aparentemente Beethoven ingería agua contaminada con plomo, que paradójicamente se extraía de un arroyo campestre creyendo que tenía propiedades curativas. Esta hipótesis ha tejido cierta teoría sobre otros aspectos de la personalidad de Beethoven, en el sentido de que sus cambios bruscos de humor eran precisamente a la intoxicación melancólica.
Considerado el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender a la música del romanticismo, motivando a la influencia de la misma en una diversidad de obras musicales a lo largo del siglo XIX. Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser mayormente significativo en sus obras para piano y música de cámara.
A Beethoven le correspondió vivir, en su breve paso sobre la tierra de sus 56 años y tres meses, uno de los períodos más densos y conflictivos de la historia de la humanidad, como lo fue «la era de las revoluciones y de las luchas nacionales»; fase donde la Francmasonería jugó un papel importante en materia de libertad, igualdad y fraternidad, o sea que las condiciones estaban dadas para que Ludwig se hubiese iniciado en esta Institución. Igualmente se debe destacar que fue uno de los tiempos más cruciales de la historia de la música: el comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y la época de Beethoven. Pues, la música deja poco a poco de ser propiedad exclusiva de la Iglesia y de los Mecenas, es decir, va perdiendo su orientación sagrada o religiosa, y va disminuyendo paulatinamente la protección de los príncipes sobre los compositores. Descuellan, única y exclusivamente, en este lapso –conocido como El clasicismo vienés– tres compositores: Los austriacos
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